Thursday, November 19, 2009

Renault Dauphine y la Italia!


Ser italiano, es no sòlo un grandìsimo orgullo, por ser tierra de talentos,
de la talla de Leonardo,
Miguel Angel, Giotto...
Aventureros como Marco Polo o Colombo,
Mùsicos como Verdi, Puccini o Vivaldi, cantantes como Caruso, Gigli, de Andrè... Somos tambièn tierra de quienes sin saber de sì mismos,
tienen la genialidad en el nacer,
les basta con eso para criticar, parodiar, insultar y hasta execrar autos, como la Renault Dauphine, cierto que parte de la culpa es de ser un auto francès, pero ademàs, la de haber hecho concurrencia a autos como la Fiat 600, la sacrosanta auto del italiano, que de la moto, pasaba a las cuatro ruedas, bien los dos autos son diferentes en la concepciòn, mientras en mi opiniòn la 600 era dirigida al conductor vìrgen,
la Dauphine era proyectada,
para comenzar a recorrer lugares, viajar, dada su comodidad interior,
otro pecado de este auto
fue ser fabricada por la Alfa Romeo en el sur,
entregando trabajo, a muchos "terrones",
otra categorìa de seres al no ser considerados italianos,
por nuestros paesanos del Nord.
Se dice que no tenìa la pista, pero a cuanto deseais correr? Con la familia se va al circuito de Monza? Es asì que he leìdo comentos, casi todos negativos en los post italianos,
sobre esta Renault,
a la cual Gordini basò sus esperanzas,
y no errò, ganò mucho el descubridor
de Juan Manuel Fangio,
a quien trajo desde la Argentina, para correr su Simca Gordini F1,
me parece que èl sì sabìa, y es asì que yo tambièn creo y apuesto por esta auto, de las formas exòticas, y del motor poètico,
porque està allì pronto para innovarlo,
para hacerlo màs potente, màs coherente, màs seguro, màs confiable,
es allì donde encuentra,
el arte al artista,
este auto fue design de Ghia, otro maestro tambièn,
pero hubo alguien en Italia, quien me ha enviado una foto, e mi disse:
"ecco mio papà con la sua Dauphine, e mè nelle braccia della mamma",
basta para hacernos reflexionar, sobre los bellos momentos de la vida,
la simplicidad de una foto, afortunadamente sin palabras,
sòlo el silencio es quien habla...

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